Joder que aburrido es un museo
¡Que empacho de modernos y hisperts de esos hay en los museos ! No está pagado debía ser riesgo laboral
Ser vigilante de un museo es ser como un chino en un todo a cien sólo que no se puede tocar y además soy yo el que vigila a los chinos . Reflexiones filosóficas museisticas
Soy una estatua andante más entre tanto arte artístico, mis pies ,mi cabeza y mis ojos se mueven sigilosamente vigilando a los amantes del arte y cuidando las obras de arte , en realidad soy como un chino en un todo a cien sólo que aquí no se toca y yo vigilo a los chinos. Aquí viene mucha gente. Gente sola gente en pareja, gente en grupo y grupos en grupo. Los más interesantes son los solitarios. Los hay que entran miran y se van, como si se asomaran de hecho es que se asoman .Otros entran y ni miran y se van o miran rápidamente como si buscarán algo y no lo encontrarán o los que miran demasiado. Los que miran con demasiada importancia a veces parecen hasta interesados. La diferencia de los que miran en plan como "yo controlo" y los que controlan o quieren controlar es la naturalidad, miran con naturalidad y sobre todo con curiosidad. Yo creo que aquí radica la diferencia entre lo auténtico y la impostura. En la actitud curiosa frente a una obra. Pueden pasar mirando detalladamente o fijarse en algo concreto y en su actitud se ve que le interesa. Hay algunos que van por la sala como "yo pasaba por aquí", algunos se hacen el interesante y otros en realidad es que pasaban por ahí y de paso miran. Los hay despistados que entran varias veces porque se lían y vuelven a la sala. De los que entran y salen hay dos. Los que entran velozmente mirando y se dan la vuelta y siguen buscando a saber qué y los que entran miran y tranquilamente. Adoptan la postura de pasaba por aquí y salen tranquilamente. La mayoría van con las manos a la espalda y la cabeza muy adelantada hacia los cuadros o llevan un catálogo en las manos y la cabeza muy erguida miran desde sus alturas intelectuales con severo juicio lo que ven.
Las parejas tienen sus particularidades. Hay parejas que frente a los cuadros se sumergen en profundas conversaciones. En otras uno mira de lejos y espera a que su compañía termine de escrutar la pieza elegida o elegidas ante lo cual el que espera adopta postura pasaba por aquí y a ver si termina pronto. Otras parejas también entran y salen aunque suelen mirar y gesticular como exploradores perdidos, es por aquí, no es por allí agitando la guía de la exposición. Hay pareja que entran besándose y salen besándose, ni miran, yo tampoco lo haría.
Continuara………
Patio reina Sofía merendando